viernes, 16 de septiembre de 2005


Cáncer a los Huesos



Empezaremos por dar las causas al cáncer a los huesos, en estos tiempos se sabe que este es una enfermedad genética con esto no queremos decir que se traspasa de padres a hijos, si no que su origen esta en la alteración de los genes que controlan la multiplicación de las células.
Con los avances tecnológicos de estos tiempos se han producido varias investigaciones y se han logrado avances tanto en el ámbito del diagnostico y del pronostico del cáncer, que en el futuro nos permitirá tener un tratamiento mas especifico.
Con respecto a los síntomas, podríamos decir que el mas frecuente es el dolor de una extremidad que se da de una manera bastante dolorosa y constante, las ubicaciones mas frecuentes serian las rodillas, huesos del tronco y la pelvis.En algunos casos los dolores pueden ser acompañados por un bulto en la zona que crece en forma rápida, también estas falencias pueden ser acompañados por cansancio y falta de apetito, la duración de estos síntomas es variable, lo habitual seria entre semanas o meses ya que estos tumores crecen de una manera muy rápida.
Acerca del tratamiento de esta enfermedad diremos que es absolutamente imprescindible que el proceso diagnóstico y el inicio del tratamiento sean lo más rápido posible. Las demoras pueden comprometer la supervivencia del paciente. Esto requiere una infraestructura de la que no todos los hospitales gozan. Los tumores malignos que aparecen en los huesos pueden diseminarse por el torrente circulatorio, primero a los pulmones y después a cualquier órgano. Estos nuevos implantes del tumor (las metástasis) pueden causar la muerte del paciente. Aunque la vía sanguínea es la más frecuente en la propagación de estos tumores, en algunos casos (menos del 2%) también pueden diseminarse por vía linfática, afectando así a los ganglios de la ingle, axilas, etc.El tratamiento de estos tumores también debe basarse en tres pilares: la cirugía, la quimioterapia y en ocasiones la radioterapia, durante un largo periodo de tiempo (cercano al año), aunque con ingresos hospitalarios intermitentes. Se trata por tanto de un abordaje multidisciplinar en el que el trabajo en equipo de oncólogos, pediatras, cirujanos ortopedas, radioterapeutas, etc. cobra un papel primordial.La quimioterapia actúa sobre las células tumorales induciendo su muerte, y se emplea con distintos fines. Por un lado, pretende controlar las células malignas que pueda haber en el torrente circulatorio, y por lo tanto evitar la diseminación del tumor a otros órganos. Por otro lado, actúa sobre la localización primaria del tumor, reduciendo así las posibilidades de que reaparezca tras su extirpación (y en algunos casos disminuyendo también su tamaño) si el tratamiento es efectivo. Por este motivo, en algunos sarcomas se comienza el tratamiento con esta arma terapéutica, para facilitar su posterior cirugía. La quimioterapia tiene también sus efectos secundarios: caída del pelo, vómitos, interrupción de la menstruación en las niñas, etc. Habitualmente estos efectos secundarios desaparecen al terminar el tratamiento.La radioterapia es útil en algunos sarcomas para evitar que reaparezcan. No todos los sarcomas son sensibles a la radioterapia, que por otra parte, también tiene sus efectos secundarios, algunos de ellos muy graves. La duración de este tratamiento suele rondar las 5-6 semanas, aunque no es necesaria la hospitalización durante todo ese periodo. En algunos centros especializados existen técnicas de radiación sofisticadas como la radioterapia intraoperatoria, la braquiterapia, etc, que se han mostrado muy útiles en algunos sarcomas.Con respecto a la parte quirúrgica del tratamiento, hasta finales de los años setenta la amputación era la única alternativa y las tasas de supervivencia con este tratamiento eran mínimas. Tanto era así, que cuando algún paciente sobrevivía, lo que pensaban los médicos que lo trataban era que había habido algún error diagnóstico (cosa nada improbable, dadas las dificultades que había en este sentido cuando no se contaba con las técnicas de que disponemos ahora). Con el advenimiento de la quimioterapia, el pronóstico ha cambiado drásticamente. Por tanto, estos tumores no se curan sólo con la cirugía, por muy buen cirujano que uno sea.Aunque la aparición de metástasis supone una reducción en las posibilidades de curación, el tratamiento adecuado puede llegar a superar este grave problema. Como hemos dicho, la localización más frecuente de las metástasis es el pulmón, y en algunos casos es necesario también una o más operaciones para extirpar las lesiones metastásicas.
Una vez acabado el tratamiento, es necesario realizar revisiones periódicas, para asegurar que el tumor no reaparece. La aparición de metástasis recidivas, etc. es más frecuente durante los primeros 5 años después del diagnóstico.

Pablo corales

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